Nuevas tendencias en el coaching futbolístico:

EL MUNDO DEL FUTBOL DESCUBRE LAS POSIBILIDADES DEL CEREBRO  PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO Y EL NIVEL DE JUEGO DE SUS JUGADORES

Desde años se observa una tendencia en el fútbol, que seguramente triunfará  también en otros deportes.  Por primera vez desde hace mucho tiempo, el fútbol, normalmente cerrado a nuevas y modernas tendencias, puede convertirse en precursor de un desarrollo, que pueda conseguir un rendimiento mejor también en otros deportes.

Algo de la historia del coaching del fútbol

Cada época tiene sus tendencias o modas que la caracterizan. También en el fútbol. La enseñanza y el entrenamiento del fútbol se iniciaron hace más de 100 años practicando únicamente el juego completo para posteriormente orientarse principalmente en la mejora de la ejecución de los gestos técnicos, lo que todavía hoy está vigente en los países futbolísticamente menos desarrollados.      En los años 60 empezó por iniciativa del técnico alemán Hennes Weissweiler la moda de introducir un preparador físico en un equipo del fútbol profesional, lo que hoy es un hecho para todos los clubes, inclusive de aquellos que compiten en segunda y tercera división.                                                                                                                                                                         Casi al mismo tiempo se produjo en otros deportes una explosión de los resultados, de las marcas y del rendimiento, debido a la introducción de psicólogos en la preparación de sus atletas de alto rendimiento. Los rusos y los americanos han sido los primeros en la década de los años 60 y otros siguieron. El fútbol tardó algo hasta descubrir que también había espacio en la búsqueda para mejorar el rendimiento de los jugadores y del equipo para los psicólogos.

Finalmente, al inicio de los años 90 cuando se celebró el Campeonato Mundial en Italia se puso definitivamente de moda la importancia de la preparación táctica que inicialmente influyó negativamente en la espectacularidad del juego pero ganó rápidamente popularidad en el ámbito de la enseñanza y del entrenamiento del fútbol.

Al principio de este nuevo siglo, cuando la tecnología ya entró masivamente en la vida diaria de cualquier ciudadano, la misma fue utilizada cada vez más en la planificación del entrenamiento y en el análisis del rendimiento del deportista (futbolista). Además se descubrió el órgano hasta el inicio del siglo menos investigado en la búsqueda continua de posibilidades desaprovechadas para la mejora del rendimiento deportivo: el cerebro.

La actual tendencia que está imponiéndose

Todos sabemos, que un determinado nivel de rendimiento cerebral, nos aporta ventajas en todos los ámbitos de la vida diaria. Esto no ocurre solo en los estudios, sino también en el trabajo y para mantener una buena calidad de vida en la tercera edad.

No es ninguna novedad, que nuestros órganos y en especial los músculos, necesitan una estimulación continua, para conseguir un rendimiento óptimo y para mantener este estado durante mucho tiempo hace falta entrenarlos. Muchas empresas orientadas al aumento de sus beneficios enseñaban ya en la última década del siglo pasado al fútbol como mejorar el rendimiento de sus empleados. Formaban a su personal durante el horario laboral con cursos en los cuales se estimuló su cerebro, con el objetivo de mejorar su rendimiento, su efectividad en el trabajo, su memoria y su concentración.

Los resultados de esta nueva iniciativa del entrenamiento del cerebro se dieron a conocer rápidamente en el mundo empresarial, y cada vez más empresas se inclinaban hacia una formación continua de su personal, para mejorar la efectividad y la productividad de sus colaboradores. Las empresas consiguieron aumentar sus niveles de producción y entraron en expansión.

El fútbol, deporte que hoy se ha convertido mas en un factor económico que en un juego, no se ha quedado ajeno a este desarrollo. Tanto como todos los músculos del cuerpo, necesita el músculo más importante, el cerebro, un entrenamiento continuo y bien dosificado.  Mediante un “Jogging cerebral” no se mantiene sólo la funcionalidad de la red neuronal con diferentes estímulos, sino que se generan nuevas conexiones neuronales (sinapsis) que ayudan al futbolista a conseguir su óptimo rendimiento.

Desde el inicio del nuevo ciclo trabajan febrilmente médicos, psicólogos y pedagogos deportivos con métodos especiales para activar el cerebro de múltiples maneras así como hizo también el autor de este artículo en sus publicaciones –libros y DVDs entre 2002 y 2010 – con propuestas específicas para el desarrollo de la inteligencia de juego en el fútbol.

Se ha desarrollado un entrenamiento específico del cerebro no solo para todas las edades, desde la edad de la guardería infantil hasta deportistas de alto rendimiento, sino también para el mundo laboral, para enfermos y pensionistas, con el objetivo de mantener una determinada calidad de vida que mejorase su capacidad de rendimiento en la vida diaria.

El “Jogging mental o cerebral” tendrá un futuro prometedor en la segunda década de este siglo. Algunos conocidos clubes del fútbol alemán, como por ejemplo el TSG 1898 Hoffenheim ya han incorporado, con la ayuda de especialistas, el entrenamiento del cerebro en el programa de formación y en el entrenamiento de sus jugadores profesionales. Otros clubes de fútbol y asociaciones deportivas nacionales e internacionales seguirán este camino, como colegios públicos y privados, hospitales y residencias de ancianos.

Las ventajas de un “jogging cerebral” para un jugador de fútbol

El objetivo de esta moda o tendencia en nuestra sociedad, consiste en favorecer de forma óptima el rendimiento de la mente y de la memoria. En el entrenamiento se activan de forma dirigida las funciones básicas del cerebro, tanto el lateral de la lógica como el de la creatividad, mejorando la flexibilidad mental, la capacidad de concentración, el procesamiento de la información y la memoria. Los futbolistas han mejorado en procesar y en ordenar toda la información que han obtenido con sus ojos de una determinada situación de juego, lo que resultó en una mayor capacidad de memoria para nuevos conocimientos y nuevas experiencias. Con poco esfuerzo y bastante diversión muchos futbolistas consiguieron después de algunos meses de preparación cerebral su mejor nivel de rendimiento.

El código genético de un joven puede ser considerado como una semilla que sin recibir agua y sol no fructifica. Así, la totalidad de neuronas y células glia que posee un niño desde su nacimiento necesita una gran variedad de estímulos que define finalmente si se produce un progresivo desarrollo cerebral o no.  Sin una adecuada estimulación, el código genético no nos garantiza un jugador completo e inteligente. ¡El jugador de fútbol nace y se hace!

Como las mejores cepas de una uva no dan un excelente vino si se cultivan en un lugar equivocado, jugadores con un código genético que les facilita el desarrollo de las prolongaciones neuronales que no reciben de su autoritario técnico de fútbol los estímulos adecuados para que inciten a las neuronas cerebrales a conectarse entre sí  tampoco desarrollan su potencial innato. Por allí la importancia de no dar como formador o entrenador soluciones sino problemas que los jugadores deben resolver propiamente para que las experiencias generadas entren en la memoria a largo plazo.

Resumiendo se puede destacar, que a parte de la preparación física y psicológica como factores principales de un rendimiento óptimo, debemos en el futuro fijar la atención en la estimulación de la inteligencia del juego del futbolista mediante preguntas. Solo el jugador que tiene un formador o entrenador que sabe estimular su cerebro varias veces en cada sesión con una gran variedad de estímulos, puede convertirse en un jugador creativo y flexible en su juego. Además sabe solucionar los problemas con mayor facilidad, comete menos errores  y se adapta mejor a nuevas situaciones. Si hasta hoy se medía el rendimiento de un futbolista en términos técnicos, tácticos, de la preparación física y psicológica, ahora también se exige una óptima prestación cerebral porque el fútbol se ha convertido hoy en un juego de cognición, de saber qué, cómo y dónde hacer.

horstwein@eresmas.net

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